Juntos, mejor.
Porque trabajar en equipo es una práctica
inherente de la condición humana desde que se formaron
las primeras sociedades para conseguir un fin común.
Y esto, aplicado al ámbito deportivo tiene una fórmula
infalible: cuantos más integrantes de una organización
sumen a un objetivo común, mejores serán los resultados.
Porque el talento individual es imprescindible pero el
resultado del rendimiento es mucho mayor cuando se
integran grupos con una serie de objetivos concretos.
Aquí reside la esencia del espíritu de equipo, la
construcción de verdaderos equipos. Este concepto hace
referencia a una técnica utilizada en numerosas
compañías y persigue el objetivo de fomentar el trabajo en
equipo, así como su motivación y cohesión.